Los videojuegos online y las redes sociales ya eran una realidad antes de la pandemia, pero el confinamiento impulsó su uso como forma de entretenimiento, distracción y socialización generalizada.
El 2021 ha sido el año del social gaming. En los últimos meses hemos visto una fusión entre las redes sociales y los videojuegos. Las marcas han apostado por este nuevo escenario para conectar con la audiencia, como en el caso de Facebook.
Dentro y en torno a los juegos cada día surgen foros y grupos que han creado comunidades enteras dedicadas a las diversas bases de fans, a través de ellas los jugadores aprenden y se benefician de los juegos, desarrollando habilidades que pueden ser valiosas en el mundo real y las marcas conocen más acerca de su target.
Esto ha provocado el aumento de usuarios en plataformas como Youtube, Twitch, Discord y en mayor medida de las nativas de FB: Facebook, Messenger, Instagram y Occulus.
En respuesta a la llegada de más de 700 millones de personas a la plataforma de streaming de Facebook, la compañía decidió invertir la importante cantidad de 5.7 mil millones de dólares para la mejora y mantenimiento de su servicio gamer.
Esto busca beneficiar no solo a la comunidad creciente de fans de los esports, sino también a las marcas que cada día se unen a las filas de los anunciantes y patrocinadores presentes en ese canal de interacción.
